Protagonista: Helene Lardja
Lugar: CFR de Tami (Togo)
Entidad: PROYDE
Autor/a: Ángel Díaz
Me llamo Helena LARDJA
Actualmente soy ama de casa aquí, pues antes era animadora en la JARC (Jóvenes y Adultos Rurales Católicos). Hice dos años de aprendizaje y al tercer año, como vieron que podía trabajar con ellos, me dijeron que preparara mi expediente para ser retenida. Lo preparé y una vez presentado me dijeron que necesitaba el permiso de conducir moto. Obtuve el permiso y con él una hermosa moto. Pero pasé tiempo sin utilizar la moto y al cabo de un mes llegó el accidente, un accidente muy grave porque estaba embarazada de seis meses. Se trata de este niño que está aquí a mi lado.
Me llevaron en coma al hospital de Dapaong pero vieron que era imposible sanarme allí y me enviaron a Lomé. Viví bajo el coma tres meses en Lomé y llegó el momento de dar a luz. Me intervinieron y tuve al niño. Como seguí mal me enviaron a Afañán donde me curaron y luego regresé aquí a mi casa.
En casa no podía andar y era muy duro no poder andar. El Padre me envió a Bombouaka, al Centro Don Orione, donde me rehabilitaron durante dos meses y al cabo empecé à andar. Volví a casa. Ando poco a poco y eso dura hasta ahora.
En esta situación, como no podía trabajar, el H. Felipe me llamó y me propuso dar catequesis a los hijos de los “Stagiaires” cosa que hice durante la estación de lluvia cuando ellos están en el Centro. Lo dejé cuando se fueron para recomenzar luego de nuevo a su vuelta. Así he hecho durante tres años que son tres campañas: dos campañas más esta que es la tercera.
Como el niño no pudo mamar, tenía mal aspecto y el H. Felipe me dijo que lo trajera al parvulario del Centro y así lo hice. Y es que el niño había vivido un año en Lomé y me pidieron que me hiciera cargo de él. El niño siguió en el parvulario hasta este año. A partir de Navidad pasó a la escuela primaria en donde está ahora. Verdaderamente Dios es grande y el niño ha sido admitido en CP2 (2º de primaria).
El H. Felipe no nos ha abandonado ya que me ha permitido trabajar un poco, dando cada miércoles una hora de catequesis a los niños.
Agradezco todo a Dios porque estoy viva.
-En casa, ¿Haces tú misma todo el trabajo?
-En casa no llego a hacer todo el trabajo, pero sí que puedo sembrar el mijo aunque escardar la tierra eso no puedo hacerlo. Sí que siembro. Me ocupo de la cocina, pero no llego a ir a buscar el agua porque transportar cualquier cosa en la cabeza, al andar me balanceo demasiado y no puedo transportar nada. Me comprometo con la cocina y algunos pequeños trabajos en el patio. Eso es todo. No puedo hacer grandes esfuerzos.