Lugar: Lancetillo - Zona Reyna, provincia de Uspantán, el Quiché, Guatemala
Entidad: PROYDE - Levanteruel
Autora: Magda Tatay
Gabi Juc, coordinadora proyectos Zona Reyna de Prodessa. Guatemala: “Cada mujer debe luchar por hacer realidad sus sueños”
Gabriela Juc Jolomná, Gabi, 27 años. Aldea de Lancetillo. Zona Reyna, provincia de Uspantán, el Quiché, Guatemala. Nace mujer, pobre, la sexta de doce hermanos, en el seno de una familia donde la única opción de sobrevivir es no enfermar y trabajar en la siembra y recogida del frijol y maíz, bases de la alimentación del pueblo Guatemalteco. Hoy, Gabi es una de las lideresas de su región de origen, donde trabaja incansable para fortalecer los programas de formación de niños, jóvenes y adultos. Pero es, sobre todo, una mujer con la claridad matemática de saber cuáles son sus derechos y obligaciones en un país que tradicionalmente se los ha negado, a ella y a la mayor parte del pueblo indígena.
Entre el 70 y el 80% de la población de Guatemala es indígena; no hay cifras exactas por falta de censo y carencia absoluta de interés en demostrar que la gran mayoría de la población lo es. Porque en realidad, Guatemala debería quitarse su “apellido” un tanto peyorativo y llamarse GuateMaya, en honor a un pueblo que lucha desde hace siglos por mantener su condición de raza viva con pasado, presente y mucho futuro. De ése porcentaje indígena surge una riqueza cultural y lingüística apasionante, traducida por ejemplo en los más de 30 idiomas mayas diferentes que se pueden escuchar en el país.
El resto de la población es ladina, blanca; la minoría que siempre ha estado en los órganos de decisión y que tradicionalmente ha controlado la política, la economía y todas las estructuras de poder, en un país cuya principal fuente de ingresos son las remesas que llegan de los emigrados a Norteamérica en busca de una vida mejor. Guatemala tiene un sistema social y político vertical y autoritario, con escasa participación popular y donde la rotundidad numérica de la población maya no se refleja en la representación de las instituciones del país. En muchas ocasiones, aún hoy, superado el grave conflicto armado que asoló al país, sólo hablar de derechos humanos supone un riesgo.
Educación bajo mínimos
El Gobierno, sin embargo, no sólo no potencia ésa interculturalidad, sino que no hace prácticamente nada por impulsar la educación en el país. Apenas llega a un 2% el presupuesto nacional destinado a esta partida, y tan sólo los niños de 7 a 12 años tienen educación gratuita y pública. Eso si, siempre y cuando puedan acceder a las escuelas, en muchas ocasiones alejadas enormemente de sus comunidades, y siempre que puedan compaginar el estudio con el trabajo en casa y en el campo. Si, además, eres mujer, la cosa se complica considerablemente, tal y como experimentó la propia Gabi en primera persona.
La escolarización y la escuela libre, universal y plural es sólo un espejismo en Guatemala de lo que debería ser. Asimismo, el personal docente recibe un trato penoso en casi todas sus vertientes de salario, condiciones, recursos etc. El gobierno guatemalteco paga tarde y mal a los profesores. No los forma como debiera, no los potencia, no los atiende y no los contempla como prioridad en el sistema organizativo del país. La educación no es un aliciente para el crecimiento personal y profesional del pueblo; muchos son analfabetos y el acceso para niños y jóvenes es precario.
Paliar estas deficiencias es una de las eternas aspiraciones de entidades como Prodessa, que lucha desde hace 20 años para que todas las personas de Guatemala sean educadas y además lo sean por igual, sin ningún condicionante de género.
Las ganas de aprender
Gabi sólo iba de niña dos veces por semana al colegio. La casa y el campo le impedían aumentar la regularidad y, como consecuencia, tardó cuatro años en sacar el primer grado. Sus padres no la apoyaban; mujer y pobre, lo mejor era quedarse en casa y asumir su destino, tal y como habían hecho sus antecesoras. Pero ella se opuso a su destino y empleó todas sus energías en salir de ésa situación de condena intelectual. Consigue entrar en un internado, pero su bajo nivel académico y la discriminación a la que es sometida por ser indígena le obstaculizan una y otra vez sus sueños. Con quince años sólo tiene aprobado el segundo grado y su padre le prohíbe a ella y a sus hermanos continuar estudiando. Además, le busca novio; algo muy común entre las familias pobres, que ven en el matrimonio pactado una forma de quitarse una boca que alimentar, y la entrada de comida extra fruto del acuerdo. Gabi, fiel a su carácter rebelde y firme, huye e ingresa en un convento donde trabaja duramente para pagarse las clases. Pero es un año de crisis económica nacional; sus padres enferman; su abuela fallece y ella, con 16 años, regresa a casa para hacerse cargo de las riendas familiares. Con 17 años consigue sacar 6º de primaria y un año después accede a un curso sobre dignidad de la mujer en la cultura maya, un momento crucial en la vida de esta luchadora nata, dado que sirve para fortalecer su autoestima y conocer cuáles son sus derechos. Gabi continúa su sacrificada senda de la formación, con estudio directamente ligado al trabajo y situaciones de pobreza extrema que le llevan incluso al hambre y la escasez más cruenta.
Prodessa
Prodessa inicia por aquel entonces un proyecto en la Zona Reyna, lugar originario de Gabi, en el que por primera vez se aceptan mujeres para estudiar el Diversificado, curso equivalente al magisterio en España. Sólo siete de ellas acceden. De ahí a los cursos de equidad de género, que se desarrollan paralelos a la violencia que Gabi experimenta en su propio hogar. En casa, la convivencia con un padre maltratador y alcohólico, y la presencia de sus numerosos hermanos en un espacio reducido y un clima insostenible de crudeza, deriva en un trauma de falta de confianza en sí misma. Asimismo, se enfrenta cara a cara con la triste realidad de saberse pobre y mujer en un país que la ningunea, como principal escuela de la vida.
Acceso al mundo laboral
Con 21 años Gabi consigue su primer trabajo. Se encarga de medir y pesar a los niños en el centro de salud, por lo que recibe una pequeña fortuna para alguien ajeno al mundo del salario y la vida laboral. Con 1.500 quetzales al mes (unos 150 euros) Gabi estira y oxigena la economía familiar, proporcionando escolarización al resto de sus hermanos, sus estudios de magisterio y la sostenibilidad de su propia familia. A cambio su padre prosigue con sus constantes palizas.
Gabi se gradúa con excelentes resultados y mejora sus condiciones laborales en el centro de salud, con mayores responsabilidades e incremento de salario. Pero un nuevo inconveniente se cierne sobre ella. Sufre un intento de violación por parte de su supervisor, provocando que éste, al no conseguirlo, la descalifique en su trabajo con informes negativos sobre su conducta y su productividad.
Gabi abandona el centro de salud y consigue plaza en la escuela de su comunidad, al tiempo que estudia un curso de Diplomado sobre participación política de la mujer, avalado por la Universidad de San Carlos (ciudad de Guatemala).
Posteriormente, Prodessa la contrata y actualmente Gabi es coordinadora de los proyectos en Zona Reyna, cumpliendo sus sueños de independencia, formación y acceso libre y voluntario al mundo laboral. Gabi trabaja también con jóvenes, inculcándoles la igualdad de género y la participación política del pueblo indígena; no en vano ella fue la primera candidata a vicealcaldesa municipal en su región. Su grupo político no ganó, pero ella no decae y ahora centra parte de sus esfuerzos en el estudio de la historia del movimiento maya. Su nuevo sueño: estudiar derecho, medicina o trabajo social. La mujer, como ella misma dice, ha de tener la mente activa, porque ha de sobresalir.
![]() |
![]() |
![]() |
Mundo con M de Mujer es, desde 2008, un sitio web temático de la Asociación PROYDE, sobre equidad de género y autonomía de la mujer. |
Aviso Legal y Condiciones de Uso | Política de privacidadad y Protección de datos personales | |||
Política de género e igualdad en PROYDE |
Utilizamos cookies para mejorar nuestro sitio web y su experiencia de usaria/o. | |
Aceptar y seguir navegando |